Para efectos de este debate existen dos formas no sanas de
expresar las rupturas en la cultura pop: por un lado está la ruptura “te odio”
, protagonizada por quienes canalizan el dolor con rabia. En este estilo, el
otro deja de ser persona y pasa a ser cucaracha, como en “rata de dos patas” de
paquita la del barrio, en “tqg” de shakira y karol g o la película john tucker
must die.
Por otro lado, está la ruptura “te amo” , protagonizada por
quienes canalizan el dolor con nostalgia. En este estilo, el otro sigue siendo
amado, aunque no pueda estar. Ejemplos de esto son canciones como “odio que no
te odio” de lasso y cami o “te extraño” de ricardo montaner o películas como
blue valentine.
Llevas en una relación de cuatro años con una persona que
conoces desde incluso antes: tienen 3 plantas juntos, su ropa ocupa la mitad de
tu clóset, juegas fortnite con su hermanito menor los viernes por la noche, y
tienen un servidor de minecraft juntos en el cual han construido una mansión
para los dos. Un día, producto de una discusión sobre si te robaste o no sus
diamantes en el servidor, terminan en una pelea gigante en la cuál se dicen
cosas profundamente hirientes mutuamente, al punto de crear daño irreversible.
Por ejemplo, que odias el color de sus crocs, le cae mal tu perrito y cree que
el tema de tu amada tesis es lo más aburrido y soso de la historia, que es tan
malo haciendo freestyle que preferirías juzgar la moción seria en vez de verlo
rapear.